"Entre el amor y el desamor"

"Entre el amor y desamor."

Entre el amor y el desamor es un conjunto de historias contemporáneas sobre como la atracción viene muchas veces preñada de conflictos y los eventos más inusitados se suelen ensañar con los amantes más devotos.

Diez cuentos con personajes de los que querrás conocer más y de los que podrás encontrar más detalles en esta sección. 

Fragmento del cuento "Decisión inusitada"

Después de unos años de estar fuera, regresó y casi podría asegurar que en su primera salida se encontró conmigo por casualidad. En realidad yo la vi primero. Apenas puse un pie dentro de la cafetería, la descubrí. Era un lugar que visitaba con regularidad y en el que me gustaba mucho sentarme a leer o pensar. Me sentía cómodo sin contar que me encantaba el café que hacían ahí. No me atreví a hablarle inmediatamente así que me senté en una mesa desde donde yo podía observarla pero ella no a mí. Eran los primeros días de un invierno muy frío por lo que tomé mi café con las dos manos para que el calor que atravesaba el vaso me ayudara a sentirme cómodo. En un acto automático, al tomarlo así, me incliné para recibir más de cerca el sabroso aroma. Los sonidos ambientales y tenerla a ella de frente impedían que pudiera concentrarme en mis asuntos. Más tarde me enteraría que llevaba dos días en la ciudad y ese día había salido a insistencias de su madre. Se le veía pensativa y linda con su cara al natural, el cabello recogido en una coleta alta y en ropa deportiva. Por fin me decidí, me puse de pie y me acerqué a ella.

Fragmento del cuento "Solo una oportunidad"

Ella era su motivación en la vida, así que tras mucho pensar, una noche en vela y un día de trabajo distraído, una idea surgió en su mente. Él sabía la combinación de la caja fuerte y sabía dónde estaba la chequera. Nadie se la había enseñado, pero tras años de trabajo y amistad, Rivera ya no se cuidaba de él. Abría y cerraba la caja fuerte en su presencia como si no estuviera. Quizá podría sacar un par de cheques y firmarlos él mismo. Estaba seguro de poder falsificar la firma. Después le explicaría todo a su jefe y le prometería que repondría el dinero.

El viernes, poco antes de salir, hizo lo planeado. Estaba nerviosísimo, pero todo tenía que salir bien. El contador se iba a ir temprano a su casa y Don Joaquín, el dueño de la empresa, saldría de viaje, así que los demás empleados no notarían extraño que él entrara y saliera de la oficina de Rivera como si nada. Así fue, todo como lo planeó. Se sentía muy mal de estar rompiendo la confianza de gente de bien pero no veía otra salida. Cuando sacó el talonario, intentó separar un par de cheques para llevárselos escondidos, pero le temblaba tanto la mano que no podía ni separar los papeles. En un arranque de nervios, se echó la chequera completa a la bolsa del traje y salió rápidamente de la oficina.

A la hora de la salida fue el primero en abandonar el lugar. Corrió a la esquina a esperar a Margarita.

Fragmento del cuento "Tania" 

Mi preocupación aumentó cuando después de varios días descubrí que, sin importar dónde me encontrara, un hombre desconocido me seguía. Siempre era la misma persona que inútilmente trataba de ser discreta. Al principio pensé que era una coincidencia, pero cuando lo descubrí frente a mi morada un par de veces, me sentí aterrorizada. En una ocasión traté de enfrentarlo, pero para cuando llegué a la puerta, ya había desaparecido. Me sentía tan incómoda que dejé de dormir bien. Era una constante la sensación de ser observada, me producía escalofrío la cercanía inesperada de quien fuera, el menor ruido inusual me generaba sobresalto. Fui a la estación de policía a exponerles mi caso, pero ellos no encontraron motivo de alarma. Me explicaron que mientras mi vida no corriera peligro, no podían hacer nada. Desesperada les hablé de mi sospecha sobre Gonzalo, pero al parecer él era la persona más conocida y respetada en el pueblo y según ellos yo debía estar besando el suelo que pisaba, así que nadie aceptó mi queja. 

Fragmento del cuento "Una mosca".

El tiempo del recreo es el más difícil para él, así que finge no sentirse bien para poder quedarse en el aula, pero su profesor se lo ha impedido. Dócil y lentamente se dirige a la parte del patio donde puede observar jugar a sus compañeros. Se encuentra distraído cuando un fuerte pelotazo sale en dirección hacia él. Con el impacto niño y muletas caen hacia atrás recibiendo un fuerte golpe en la parte trasera de la cabeza. Daniel está ajeno al silencio que inunda el patio por unos segundos y a la escena donde las maestras corren despavoridas en su dirección. Desmayado, tampoco ve como el chico que le ha golpeado, Manuel, queda petrificado de miedo ante el efecto de su acción. El chiquillo es llevado al hospital más cercano. Se encuentra inconsciente pese a no estar herido de gravedad. Se ha quedado en observación debido a que no han logrado reanimarlo. Tal parece que no tiene ganas de volver en sí o al menos eso es lo que dicen los médicos que no encuentran respuesta lógica al estado de salud del niño. Su mamá llora y reza por él todo el tiempo. Le habla al oído, muy suave, pidiéndole que vuelva, le promete cambiarlo de colegio, tomar clases en casa, lo que él quiera con tal de que vuelva a estar bien. No hay respuesta.

Fragmento del cuento "Un viaje en metro".

El timbre que anuncia la llegada a cada estación suena y sin querer vuelvo a la realidad gracias a que una mujer me pisa al perder un poco el equilibrio. Una breve disculpa, un reacomodo rutinario de espacio y yo, suspirando, observo mis manos, descansando sobre mi regazo, en un gesto nostálgico. Cuando levanto la cara, vuelvo a hacer un breve recorrido por el vagón. En los asientos frente a mí una chica rubia con su cabello delgado descansando en sus hombros, muy parecida a mí, mantiene la mirada perdida hacia el exterior de la ventana. Difícilmente se ve algo a través de ella que no sea algún detalle constructivo del túnel por el que pasa el convoy, y a los usuarios cuando se detiene en las paradas para que la gente suba y baje. La joven mujer tiene la mirada fija como si estuviera observando algo específico y siento curiosidad por descubrir qué la mantiene tan absorta. Estoy lo suficientemente lejos de ella como para no poder aclarar mi duda, pero en ese momento, donde de la oscuridad salimos a la luz de la estación, puedo verlo a él como si estuviera delante de mí. Veo la prometedora sonrisa con la que me jura amor eterno, me observo a mí misma salir corriendo para besarlo en la mejilla mientras me da un discreto abrazo. En ese instante ya no soy una adolescente, mis padres han muerto y yo busco la forma de ser feliz a toda costa. Él es cinco años mayor que yo y ya trabaja mientras yo soy todavía una universitaria. Lo hemos platicado mucho y esa tarde será nuestro gran momento en pareja para Jaime y para mí, aquel que guardaremos en secreto menos de lo que hemos planeado.